Llevar adelante un tratamiento adecuado de los efluentes de la industria frigorífica es clave no solamente para proteger el medio ambiente y resguardar la salud de la población, sino también para optimizar el funcionamiento de las empresas de este segmento.
En este artículo, te contamos cuáles son las características de este tipo de efluentes industriales, los beneficios de tratarlos de manera oportuna y las tecnologías empleadas en su tratamiento.
El proceso productivo que se lleva adelante en este tipo de establecimientos hace que estos se distribuyan en las siguientes categorías:
1- Frigoríficos de Ciclo Completo
2- Frigoríficos de Ciclo I
3- Frigoríficos de Ciclo II
Aquellos denominados de Ciclo Completo realizan el proceso de matanza del ganado, así como de preparación de la carne vacuna.
Por su parte, los frigoríficos de Ciclo I desarrollan solamente el proceso de faena, mientras que los de Ciclo II no realizan procesos de faena, sino que solo efectúan la preparación de la carne que ha sido faenada en otras plantas.
En este sentido, los establecimientos de Ciclo I generan dos tipos de efluentes principales: “línea verde” y “línea roja”. La primera proviene de actividades asociadas al lavado de corrales y vísceras del tracto digestivo, y posee un alto contenido de sólidos (celulosa, gradas, lignina, bacterias entéricas), así como heces y orina.
Las aguas rojas, por su parte, se generan en la faena y, en consecuencia, posee un alto contenido de proteínas, lípidos (grasas), sangre y sólidos suspendidos totales.
Los frigoríficos de Ciclo II no generan estas corrientes.
Identificar el ciclo al cual pertenece el establecimiento (y, en consecuencia, el tipo de efluente) es importante a la hora de diseñar una planta de tratamiento, ya que cada uno tendrá requisitos específicos para tratar las aguas residuales.
Ahora bien, en líneas generales los efluentes derivados de la industria frigorífica suelen tener las siguientes características generales:
El caudal global de efluentes a tratar depende de la cantidad de cabezas de ganado que se faenan diariamente en cada empresa del sector cárnico en particular.
Para la industria frigorífica, el tratamiento de sus aguas residuales es un aspecto fundamental, no solamente en términos de impacto medioambiental, sino también en lo que respecta al compliance y a la gestión de los recursos empresariales.
Los efluentes de este sector productivo contienen aceites, elementos químicos, grasas y materia orgánica. Por eso, si se vuelcan sin tratar, contaminan los diferentes cursos de agua (ríos, lagos y acuíferos), impactando negativamente sobre la vida acuática y el abastecimiento de agua potable.
Llevar adelante un tratamiento adecuado de las aguas residuales de esta industria ayuda a resguardar los ecosistemas acuáticos y a proteger el medio ambiente.
Tratar los efluentes industriales ayuda a reducir el consumo de agua y a aliviar la presión que se genera sobre el recurso hídrico.
¿Por qué? Simple: el agua con el debido tratamiento puede ser reutilizada en procesos industriales (como, por ejemplo, el lavado de equipos), lo que reduce la demanda de agua potable y fomenta la sostenibilidad del recurso.
Para cumplir con las regulaciones vigentes en términos de protección del medio ambiente y preservación de la salud pública, las empresas del sector cárnico deben poner en marcha diferentes acciones. Tratar los efluentes es una de ellas.
El tratamiento de aguas residuales es clave para que las empresas del sector eviten multas y sanciones que pongan en jaque su reputación y comprometan sus finanzas.
Además, al tratar los efluentes, estas empresas contribuyen con el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 de las Naciones Unidas.
Para 2030, este objetivo propone “mejorar la calidad del agua, reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial”.
Al tratar sus efluentes, los establecimientos de la industria frigorífica ayudan a reducir la contaminación y se comprometen con el cuidado del medio ambiente. Como consecuencia, su imagen corporativa se potencia.
El compromiso activo con la responsabilidad ambiental contribuye a una mayor aceptación por parte de la sociedad y la opinión pública, a la vez que permite atraer nuevos clientes.
El tratamiento de las aguas residuales en los frigoríficos reduce la exposición de los colaboradores a sustancias peligrosas, mejorando así las condiciones de trabajo y potenciando la seguridad laboral.
Por otro lado, tratar los efluentes de la industria cárnica es clave para la salud pública. Verter aguas residuales sin tratar contamina los cursos de agua, enfermando a la población.
Costos optimizados
Finalmente, poner en marcha sistemas de tratamiento de efluentes contribuye a que los establecimientos reduzcan sus gastos, ya que a largo plazo pueden disminuir la cantidad de agua y productos químicos utilizados para el tratamiento, así como evitar sanciones derivadas del incumplimiento normativo.
Asimismo, algunas tecnologías brindan la posibilidad de recuperar subproductos a partir de los residuos tratados, como, por ejemplo, el biogás. Esto fomenta la economía circular y genera una fuente de energía alternativa y sustentable.
Así como sucede con efluentes de otros sectores productivos, los que derivan de la industria frigorífica requieren diversas etapas de tratamiento:
En Ecopreneur, contamos con la experiencia y el know-how necesarios para desarrollar iniciativas que permitan tratar los efluentes de la industria frigorífica de manera efectiva y sostenible. Contactanos.