Relevantes para la economía latinoamericana y presentes en diferentes países de la región, las empresas ligadas a la elaboración de alimentos derivados de la leche utilizan una gran cantidad de agua durante su producción. Llevar adelante un adecuado tratamiento de efluentes de la industria láctea es clave para reducir la contaminación biológica, física y química y así evitar el impacto ambiental.
Luego de ser empleadas para diversos fines, estas aguas deben ser adecuadamente gestionadas antes de ser devueltas al medio ambiente. En este punto, las plantas de tratamiento de aguas residuales cumplen un rol fundamental.
A continuación, te contamos cómo se componen los efluentes de la industria láctea y cuáles son las tecnologías que se utilizan para tratarlos.
En este sector industrial, el mayor consumo de agua se produce en las operaciones de procesamiento y limpieza. De hecho, se calcula que el consumo de agua por kilogramo de leche es de 1-3 litro de agua por litro de leche recibida.
A pesar de que los parámetros recomendados suelen ser menores (entre 0,8-1 litro de agua/ litro de leche recibida), es poco frecuente que estos indicadores se cumplan. En promedio, los valores rondan un promedio de 10 litros de agua por litro de leche.
En lo que respecta a las aguas residuales, se estima que se obtiene un 2-6 de efluente por litro de leche procesada. Estos efluentes provienen tanto de procesos de refrigeración, como de operaciones de limpieza de equipos, descarga, fugas, derrames, desinfección de latas, tanques y tuberías y lavado de pisos.
En líneas generales, los efluentes de la industria láctea se caracterizan por tener:
Más allá de estas características generales, la composición de los efluentes de las industrias productoras de lácteos varía en función del proceso y del producto.
Por ejemplo, la producción de manteca genera un efluente con alto contenido en grasas, mientras que la elaboración de quesos da como resultado un efluente con exceso de sales.
Cabe aclarar que el suero (el subproducto más representativo de la industria láctea) posee una alta carga orgánica y es uno de los contaminantes ambientales más complejos dentro del sector industrial. De hecho, se calcula que una industria láctea que produce diariamente 400 mil litros de suero sin depurar, genera una contaminación diaria similar a una población de 1.250.000 habitantes.
Antes de ser descargados a la red de alcantarillado o a cuerpos de agua, los efluentes de la industria láctea deben ser sometidos a diferentes tipos de tratamientos a fin de evitar la contaminación ambiental.
El pretratamiento no se efectúa siempre, sino que se realiza en los casos en los cuales los efluentes poseen materiales que pueden obstruir las bombas y los equipos que se usan en las etapas posteriores.
Durante esta instancia, los efluentes pasan por un sistema de rejas finas y gruesas. El pretratamiento también puede incluir la utilización de tamices estáticos o rotativos para separar sólidos de menor tamaño.
El objetivo de esta fase es remover sólidos en suspensión, aceites y grasas, haciendo pasar el efluente por un tanque en el cual se separan los contaminantes por la acción de la gravedad o por la adición de sustancias coagulantes.
En este punto, la ecualización de caudal cobra una gran importancia, ya que los efluentes de la industria láctea suelen ser diversos tanto en términos de pH, como de temperatura y carga orgánica, entre otros parámetros. La ecualización garantiza una correcta depuración en el sistema de flotación por aire disuelto (DAF) y en la cámara de aireación.
Gracias al sistema DAF, a través del cual se satura agua a alta presión con aire disuelto para hacer que las burbujas de aire se adhieran a los sólidos y los hagan flotar hacia la superficie formando una capa de lodo, es posible eliminar las grasas del efluente.
Luego, los efluentes de la industria láctea atraviesan un tratamiento secundario. Durante esta fase, se elimina la materia orgánica a través de la degradación biológica. Este proceso ocurre cuando el efluente entra en contacto con microorganismos en un ambiente anaeróbico o aeróbico, en el cual se metaboliza la materia orgánica y se reduce la DBO hasta en un 90%.
Algunas de las tecnologías que se utilizan en este estadio son el tratamiento de barros activados, reactores biológicos con membranas (MBR) y reactores biológicos secuenciales (SBR).
A continuación, los efluentes de la industria láctea se someten a un proceso de desinfección. Habitualmente se realiza adicionando hipoclorito de sodio para eliminar los microorganismos potencialmente patogénicos.
Finalmente, es necesario tratar oportunamente los fangos que resultan de las fases anteriores.
Para lograrlo, se lleva a cabo la digestión y la deshidratación de los lodos en una cámara de aireación a fin de estabilizarlos y reducir su volumen antes de su última disposición.
En Ecopreneur, trabajamos en una importante industria de producción de lácteos en Uruguay porque contamos con la experiencia, el conocimiento y las tecnologías necesarias para tratar adecuadamente los efluentes de la industria láctea. Si querés saber más sobre nuestro trabajo, contactanos.